Bamboom es una startup que recibe cuatro millones y medio de dólares como capital semilla. Semejante cantidad con el calificativo semilla palidece cualquier comparación con emprendedores locales, aunque nos dicen que también con los del valle del silicio. La gracia reside en que esos cuatro millones y medio contienen el dinero suficiente para soportar los costes legales de las demandas que esperan: Bamboom hace una cosa muy curiosa pero cuyo fin no es nuevo. Lo curioso es que sitúa unas minúsculas antenas que reciben señal broadcast, las transforman en html y te permiten recibirlas en tu sistema de televisor conectado con capacidad para grabar y ver bajo demanda por diez míseros dólares al mes. Lo que no es nuevo es que resulta ser una especie de mezcla entre Zattoo y SlingMedia más el nPVR de Cablevision; tomar las señales de otro – gratuitas para todos o pagadas con tu cuota – y hacer posible eso que llamamos unbundling, y que es desmontar la oferta comercial de un proveedor clásico (antes los elepés, ahora la televisión lineal) y servir(te)la en unidades sueltas. Los conflictos legales alrededor de las señales del broadcast y el uso por operadores de cable son un clásico en la historia del mundo audiovisual, generalmente y con ciertas limitaciones y compensaciones se han resuelto por la idea de que se emiten en favor del público y, si no se hace nada más, pues… en favor del público. Pero la reflexión es un sistema de propiedad que genera esta barbaridad de costes legales para poder sostener en marcha una innovación y no correr el riesgo de morir ante la primera demanda.