Lo acabo de ver. Entrevistado por Buenafuente y, apelando a su memoria, José Mª Iñigo dice más o menos lo siguiente sobre la calidad de los programas actuales de televisión: ahora lo que importa es el éxito inmediato, el éxito inmediato sólo se puede conseguir con escándalos o con noticias que no son noticias, las cadenas se mueven por la audiencia y sólo importa la pela. Verán que tengo la decencia de no entrecomillar un recuerdo de una visión fugaz de una reposición en un canal de pago, pero creo que no traiciono nada el mensaje. Yo siempre lo formulé de una manera cientificoide: la máxima audiencia se consigue por el mínimo común denominador del gusto (es decir, el gusto que puede aceptar el mayor número de personas). Lo malo de la máxima audiencia, como dice Iñigo, es que no puede esperar, tiene que ser hoy, mañana y pasado y los programas que no la tengan no pueden aguantar. Luego nunca habrá una televisión “de calidad” como dicen los entrevistados de las encuestas y los políticos indignados (tampoco de una tele pública, ¡horror!), porque siempre se cubre una fracción de cada gusto personal y nadie muestra su satisfacción por la cuota que le toca.
2 mayo, 2011 7:42 PM
1. Escrito por AlbertodeFco
2/May/2011 a las 10:06 PM
La tele en España abunda en telebasura porque los programadores y directivos no han crecido con una tele de oferta amplia. No hace una generación que tenemos teles privadas. La medición de audiencia es un juguete: “Mira pongo una tela y sube la audiencia. Ah! Ese insulta y también”. En países con mayor tradición de televisión privada existe la telebasura pero es la estrategia del perdedor.
2. Escrito por Gonzalo Martín
2/May/2011 a las 10:57 PM
¿Tu crees? Yo creo que es lo produce cada modelo de negocio: en España hay “telebasura” en un mercado abierto. Como en Italia, USA o cualquier otro lado donde se compite por la máxima audiencia en comunicación de masas. Que tenga tintes culturales locales es otra cosa.
Cuando el modelo de negocio es subscripción por contenidos premium, te esfuerzas en que sea premium y atraer a los que tienen dinero para pagar que, además, permiten un doble ingreso vía publicidad muy jugoso, eso sí, sin condicionarlo todo. Además, no tienes presión de audiencia día a día, sino defender las renovaciones del público (y de los canales) por la vía de la fidelidad a largo plazo.
3. Escrito por José Ignacio Galán
5/May/2011 a las 10:33 AM
¿Puede ser que, ante los últimos coletazos de un modelo de negocio, se tienda a potenciar al máximo los rasgos más significativos y existosos de ese modelo a modo de “pateleo”, “llanto”? Uséase: “¡Jo! No sé qué hacer, qué programar. Mete morbo, que eso nunca falla, ¿fallaba?”. Tiempo al tiempo.
4. Escrito por Gonzalo Martín
5/May/2011 a las 11:04 AM
Sí y no. Es decir: el modelo de las grandes televisiones generalistas que “ve todo el mundo” (sic) se basa en sumar espectadores de segmentos específicos, generalmente el llamado “target comercial”. Recuenco nos diría que ese target comercial es una segmentación cutre e inválida, porque básicamente es todo el público urbano con algo más que renta media: como la cobertura abarca toda la población es el medio esencial para vender pasta de dientes y coches y esperar que el cliente quiera algo más que el precio más bajo. Así que cuanta más gente de esa concentres, mejor. Si a la proliferación de canales todos compitiendo por ese “target” y se le suma una inversión publicitaria que funciona como un juego de suma cero, lo más fácil es acudir a todo aquello que llama la atención sea cual sea tu nivel cultural, preferencias de consumo o gusto estético: las no noticias y el escándalo. ¿Quién no goza con unos segundos de escándalo o con el humor que producen las historias sobre el vello de las grandes folclóricas? Además, a coste bajo: lo que cuesta producir Sálvame es bastante poquito. Y ahí tienes todo: rentabilidad. Basada en un modelo de negocio que se basa en generar datos de audiencia para venderlos después a grandes (insisto: grandes) anunciantes.
5. Escrito por José Ignacio Galán
5/May/2011 a las 12:26 PM
Sí. No por decir digo digo Diego.
El análisis detallado que presentas no está reñido con una reflexión fácil lanzada al vuelo sobre posibles respuestas ante una situación de cambio, de crisis, de…¿no? Es evidente que la respuesta era: Sí y no. Totalmente de acuerdo.
6. Escrito por Javier G. Recuenco
6/May/2011 a las 8:04 PM
Preparando megapost, en breve en sus pantallas.
7. Escrito por Isabel
7/May/2011 a las 8:24 PM
Ideas interesantes para aplicar también en otros ámbitos:
“la máxima audiencia se consigue por el mínimo común denominador del gusto (es decir, el gusto que puede aceptar el mayor número de personas)”
“siempre se cubre una fracción de cada gusto personal y nadie muestra su satisfacción por la cuota que le toca”
8. Escrito por Germán
13/May/2011 a las 1:01 PM
Por abrir otro camino relacionado:
Tal vez esa necesidad imperiosa de tener grandes audiencias de forma inmediata esté evolucionando ya. A medida que aumenta el tiempo durante el que un contenido está disponible para su público objetivo (grabado en un DVR, disponible online o en un servicio de VOD) su audiencia se incrementa. Eso sí, hay que saber contabilizar esa audiencia, claro…
Y el resultado de esa “audiencia extendida” no es el mismo que el de la “audiencia inmediata”. Me parece interesante el artículo del NYT sobre el tema:
http://www.nytimes.com/2011/04/25/business/media/25dvr.html?ref=business&src=me&pagewanted=all
9. Escrito por Gonzalo Martín
13/May/2011 a las 9:10 PM
Gracias, Germán. Leí ese artículo. En realidad, es una reedición de los debates que ya hubo con el tema de los PVR. Siempre esperamos mucho más de ellos como agente de transformación, pero lo cierto es que, a pesar del porcentaje de hogares que los tienen, el consumo real no es tanto. De hecho la cuestión de los problemas de medición de lo que no se ve en su momento es vieja y los anunciantes valoran peor lo que se ve tarde. A mí me parece que, además, el consumo diferido afecta más a productos que no tienen la incertidumbre del directo. Y, en ese sentido, creo que todos siguen buscando concentrar mucha gente en un punto para mandar un mensaje. Lo de desperdigarlo, como que da pereza y mucho más trabajo.