Dice Diego Manrique en un muy interesante retrato de Teddy Bautista que la Sgae llegó a tener una discográfica que “no era competencia ya que esencialmente publicaba trabajos rechazados por el resto de las compañías”. No puedo estar más en desacuerdo con esa definición de competencia: si se dedica a producir discos, como hoy a gestionar teatros e incluso a gestionar estudios de grabación, y pese a las declaraciones de que no pretenden competir con nadie, es competencia. Se compite por trabajadores cualificados, por horas de servicio a precios que no tienen que soportar determinados costes. Sea el ejemplo para ilustrar la dimensión de una organización alejada de su naturaleza real, con una estructura que como mínimo genera preguntas filosóficas y jurídicas de alcance en un entorno sociológico como el de la sociedad informacional: los paradigmas de lo que es cultura, autoría y su reflejo en el comercio, cuestionados con verdadera autoridad sumado a un estado de opinión pública próximo a la revuelta social en las obligaciones que la Sgae se encarga de hacer cumplir… o de perseguir. Es sencillísimo hacer ejercicios conspiracionales con una cosa como ésta: la familia Botín primero, Teddy después; dos grandes zarpazos para la recuperación de simpatía electoral gubernamental. Ahora nos olvidamos de que los cineastas se las vieron en su día con esta institución y su dirigente más destacado, que incluso nuestra Ministra de Cultura se las vió y se las deseó. En el mundo del cine sólo se dice en susurros lo complicado que es Teddy. El canon, sin resolver, el reglamento de la Ley Sinde sin resolver… Sean el caballero o la institución inocentes o sólo un poco culpables, nada puede volver a ser igual: se ha abierto un melón de difícil solución. Pero quienes gritan alborozados porque esperan una nueva forma de relación social con Sgae no debieran gritar tanto: venga quien venga, que vendrá, no se aspira – mucho me sorprendería si fuera así – a cuestionar nada de lo esencial.
1 julio, 2011 9:02 PM
1. Escrito por Gonzalo Martín
2/Jul/2011 a las 6:37 AM
Pasan algunas horas y no hay más remedio que tener muy presente fiascos jurídico/mediáticos como el de Strauss Khan o las operaciones antidopaje en España, aunque la primera no tenga que ver con nuestra juridicción. Es, sobre todo, porque lo muy llamativo después se tiene que llevar a la tierra: ¿recuerdan ese viejo meme que circulaba por la red sobre la relatividad de las cosas, la carta de una hija a un padre en el que se había librado por los pelos de las peores amenazas de embarazo, violación, etc. para decirle al final que les escribía para decirles que no había aprobado? Pues eso.
No quiere decir que no haya muchísimo de la actividad de las entidades de gestión (no sólo existe la Sgae, gestiones de endogamia curiosa se dan en varios sitios más) que no merezca crítica, revisión y aireación, pero pueden ser perfectamente legales o, mejor dicho, seguramente lo son. Al fin y al cabo, las leyes se han ido haciendo a la perfecta medida de las demandas de las entidades. Que haya votado la proporción que ha votado, por ejemplo, en las últimas elecciones, es perfectamente legal y cuenta con argumentos defendibles, pero resulta excesivamente grosero ante la importancia recaudatoria y de influencia en el entorno cultural y económico de hoy.
Pero la escandalera originada ha creado seguramente lo que parece un callejón sin salida para muchas cosas: ¿de verdad se puede uno saltar lo aprobado en el Parlamento y no reformar el canon con la excusa de si es suficientemente bueno? ¿Para quién? ¿Para que sume cuánto? Puede ser legal, pero es poco estético. ¿Es por eso por lo que se retrasa el reglamento de la Ley Sinde, para que ambas cosas aparezcan ante la opinión pública a la vez como un balance en el que seguramente la entidad de Bautista se hubiera asegurado sus reclamaciones esenciales?
Uno tiene la sensación de que alguien tiene el síndrome de María Antonieta producto del padecimiento del síndrome Berlusconi. Las hoces están en la puerta en un estado de opinión pública que no entiende ni puede entender la ley del embudo: cuando a Sgae (entidades, coaliciones, Mpaa’s, artistas afamados ungidos por el dinero…) no le salen las cosas, todo se paraliza en su favor. Que artistas de los que hace mucho que el gran público no sabe cierren filas al tiempo que son beneficiados por prebendas remuneradas con verdadera generosidad, resulta poco convincente.
Por eso, pase lo que pase con las consecuencias judiciales reales de este episodio, su huella perdurará en el juego de equilibrios entre los pasillos de la política, las opiniones publicadas y la ira popular.
2. Escrito por Gonzalo Martín
2/Jul/2011 a las 11:54 AM
Este asunto tiene tantos ángulos que creo que no termino de moldearlo. Merece mucho la pena mencionar esta aportación de Ignacio Escolar: El fin de la intimidación. Efectivamente: la palabra intimidación es muy importante aquí. Toda la sociedad ha vivido y vive desde hace décadas temiendo tropezarse con Sgae, sin comprender el alcance de sus demandas y contemplando una capacidad infinita de llevar a juicio a simples mortales y a divinos. Al final, pareciera como si toda la sociedad se hubiera puesto al servicio de un esquema y no al revés, el esquema como beneficio social. Y eso es lo que no resistía. Es imposible que en ningún otro país del mundo el presidente de una institución así sea tan conocido – y denostado – como una estrella de la televisión. Y, derivadamente, la institución.
3. Escrito por Gonzalo Martín
2/Jul/2011 a las 12:00 PM
Y más: la deslegitimización casi como un riesgo sistémico. Ni siquiera si Bautista o Sgae salen sin mácula de este procedimiento (que no debe descartarse) y no digamos como haya la más mínima imputación y condena final, puede ningún cargo público sostener la legalidad y no digamos la moralidad de todo el entramado alrededor de la propiedad intelectual en España. Las cabeceras de vídeos, las campañas institucionales, han trabajado desde la premisa de que el lado representado por ministerio y entidades eran los buenos y solo una sociedad que no les comprende unida a cuatro delincuentes eran los malos
4. Escrito por Negro desconocido
2/Jul/2011 a las 12:21 PM
Para empezar,algunos de los que tanto reclaman la protección para los “autores”,por supuesto,considerándose a sí mismos como tales,y como bienes culturales para el país,firman con su nombre creaciones ajenas,aprovechándose de vivir en un país donde en un contrato a uno se le llega a pedir que renuncie a la verdad por dinero.¿Ésos pueden ser quienes defiendan la “autoría”?
5. Escrito por Pop Culture
2/Jul/2011 a las 2:25 PM
Con los meses se verá que sale de todo esto. Coincido contigo en un par de cosas:
Primero, en que es probable que el proceso judicial quede finalmente en agua de borrajas.
Segundo, que todo parece un giro para recuperar parte de la simpatía pública por parte de un gobierno gravemente tocado, y evitar, con pequeños guiños, que la movilización ciudadana vaya a más…
Un saludo.
6. Escrito por Gonzalo Martín
2/Jul/2011 a las 2:29 PM
El caso es que según pregunto a conocidos y menos conocidos, hay chicha detrás de todo esto. Jurídicamente la sgae tiene las cosas muy bien armadas, así que se avecina un espectáculo cruento. Pero sí creo que la cúpula actual de Sgae resultará sacrificada. Se abre otro escenario.