Muchos espacios se hacen eco del lanzamiento de una televisión por internet de los trabajadores de Telemadrid. Creo que no son conscientes de lo que supone: invalidar sus propias tesis sobre el valor aportado por una televisión pública. Y es la segunda vez: la primera, la evidencia de que nadie había echado de menos su existencia con la huelga que impidió ver sus imágenes. En esta ocasión demuestran que tener voz audiovisual en la sociedad y recabar el apoyo del público está al alcance de cualquiera sin necesidad de que nuestros impuestos tengan que mantener estructuras y empleados que pueden dedicarse a otra cosa, incluso a reducir la deuda. Ante esta posibilidad de zozobra, se me suele argumentar que no es lo mismo: en realidad, porque en nuestro interior queremos asegurarnos de que un nodo superfuerte alcanza – aunque no se vea – a todo el mundo portando contenidos que, cada uno en su interior, cree que deben moralizar ética o estéticamente al resto de la sociedad. Y decidir así lo que es bueno para ver y lo que no es bueno para ver. De todas las mutaciones digitales esta es la que más resistencia emocional tiene: esa de que todo el mundo pueda hablar y, potencialmente, no haya nadie que domine el discurso social. Me resulta entrañable la cita que acompaña su identidad visual: “lo decisivo es ser fiel a aquello por lo que una vez se fue arrojado al exilio”. Exacto: están siendo fieles a lo que les gusta, la cuestión es demostrar que sea necesario que lo paguemos todos.
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febrero, 2013
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Escucho cada vez con más frecuencia este argumento exhibido ante la idea de lo que, por resumir, llamaríamos cultura libre o, en general, a la difusión de copias (inevitable) sin el consentimiento del autor, no hablemos de un precio, etc. etc. Lo suelen decir personas, además, poco sospechosas de ser simpatizantes de las prácticas abusivas de determinadas entidades de derechos o multinacionales en modo malvado-on. Lo que se quiere decir es que si tu tuvieras que ganarte la vida con esto (cultura, música, películas, libros, etc.) no argumentarías de la misma manera. Opino que es un argumento tramposo: a) porque ganarse la vida de una forma es una opción personal, no algo que los demás debamos resolver b) porque si se trata de tener un modelo de negocio es responsabilidad de quien tiene que vender y no de quien tiene que comprar y c) porque no hay forma de garantizar el que todas las ambiciones y aspiraciones de todas las personas que pretenden realizarse mostrando su talento creativo puedan llevarse a cabo.
Sólo vi un fragmento del discurso de Macho. Cosas de la vida, es a todo lo que llegué: se quejaba. Del estado de RTVE, del poco dinero que tienen y de las pérdidas de la piratería. Esto siempre va a ser escabroso. A saber: lo dice el presidente de una institución con una sede que se ha pagado con el dinero de los españoles, en una ceremonia retransmitida por una televisión pagada con el dinero de los españoles y con unas cifras de pérdidas por los piratas sorprendentes viniendo de un exhibidor cinematrográfico: ¿cómo explica que haya sido el 2012 un año donde las cifras de taquilla han sido récords en España y el mundo si los piratas son tan malos?. Falta alguna pieza. ¿Cuánto derecho tienen a lamentarse los que viven gracias a la consideración de los que pagan impuestos? En descargo del sector cinematográfico la evidencia de que no son los únicos y mal de muchos consuelo de tontos, suele decirse. O el que no llora no mama. La tendencia a creer que las opiniones sobre la sociedad viniendo de un actor tienen más valor que viniendo de un barrendero. La verdad tiene muchos ángulos y la vida no es nada simple. En fin, otro año más.
Juan Freire, en asociación con Antoni Gutiérrez Rubí, ha publicado una trilogía de artículos sobre su proyecto de investigación sobre la idea crowd. Supongo que es la posición periférica cultural e intelectual española o del castellano y su entorno el que nos lleva a emplear un término que tanto nos cuestra traducir pero en el que lo importante es el concepto de diseminación y diversidad acumulados en torno a plataformas o tecnologías de conexión que sirven para agregar ideas y proyectos. ¿Por qué debe leerse más allá del ejercicio intelectual para interesados en la economía y la sociedad contemporáneas si usted se dedica a contar historias con imágenes y se encuentra atribulado por el cambio digital?
Goyas y globalización
Comentarios desactivados en Goyas y globalizaciónEn Hollywood Reporter reclamaban hace unos días que la academia norteamericana revisara su concepto de “mejor película en lengua extranjera”. La cuestión es que el premio se organiza en torno a un país (aunque sea el productor el que se lleve el premio a su casa, esté donde esté) y ya no hay forma de saber de dónde es realmente una película. La financiación, el talento, los técnicos y los lugares de rodaje se esparcen por el mundo en busca de las mejores condiciones para pagar los costes y encontrar escalas de público competitivas. Se lleva unos días con la polémica por el idioma en que se ruedan las películas en la nueva legislación que se espera: la directora general trata de reducir el pavor al respecto. Mientras, los Goya siguen siendo una fiesta local para el consumidor local y que tiene ese premio de denominación intelectualmente torpe como el llamado “premio a la mejor película extranjera de habla hispana“. ¿Alguien sabe lo que es un habla hispana? ¿El quechua?. Una comparación con los Grammy latinos lleva a la idea de que los premios no fueron inventados por alguien que quería vender y hacer mercados sino por no se sabe qué. ¿Alguien se propone salir de lo local para pensar en mercados potenciales rompiendo la idea de territorialidad? ¿De pensar en espacios culturales afines y no puramente idiomáticos o regidos por el domicilio fiscal? ¿Puede buscarse un mecanismo que ponga a competir un documental chicano con otro chileno y uno español, por ejemplo, y que pueda ser retransmitido por televisión a más de un mercado en una legislación donde se incentive que el inversor privado celtibérico invierta en eso esté donde esté? Digamos que el estado del debate sobre la nueva legislación es más interesante que nunca, presentando un apasionante combate entre el pasado y el futuro: de nuevo, nada como las declaraciones de la Directora General para ver el conflcito entre viejas ideas y las nuevas (el nacionalismo protector de la “identidad cultural”, ese otro nombre para la propaganda, y globalización e industria con visión económica). Eso sí, internet sigue apareciendo como un obstáculo molesto al final de la agenda. Yo reitero aquélla sentencia de Garci en Sesión Continua: “el cine es el sueño industrial de una sociedad industrial“. ¿Cuál es el sueño de la sociedad digital? La nostalgia por las cuatro paredes como paradigma de lo audiovisual y la autoría prestigiada por proyectores públicos, no creo que lo sea. Pero todo eso, terminará llegando.