Está dando vueltas, muchas vueltas, una información que al parecer parte de la Asociación de Internautas (AI) y que luego ha recogido El Economista en la que esencialmente se titula que Holanda suprime el canon. Lo que, de momento, no es cierto. La AI tiene el detalle de enlazar la fuente original, y podemos encontrar muchas cosas interesantes. Lo primero, es que estamos ante una propuesta (gubernamental, eso sí, y eso es muy importante) de reforma de las leyes de copyright, no de una simple supresión del canon. Telegráficamente: la razón de la reforma es el estímulo de la creatividad y la innovación, verdadero propósito de la legislación de copyright (algo que, permítanme, se saluda como una fiesta por algunos comentaristas, cuando ese es el debate real desde hace tiempo, no las descarguitas ni el canon); no se suprime en absoluto el copyright sino que se pretende hacer cumplir, curiosamente haciendo ilegal la descarga, pero no punible; sí, se desea suprimir la compensación por copia privada por obsoleta – en dispositivos y conexiones – y a cambio de no incluir DRM sobrecargar el precio de la copia; los creadores podrían exigir de los productores la distribución digital; se amplía el fair use; se pueden cerrar sitios con contenido ilegal; más transparencia de las sociedades de gestión; facilitar la licencia europea. Lo interesante es que, frente al caso español, lo que se explora es un equilibrio diferente porque “el desarrollo actual de la sociedad exige tomar decisiones sobre la política de copyright”. Está lejos de otras propuestas, pero al menos aspira a reducir el ámbito de protección al tiempo que se pretende hacer cumplir el que exista sin criminalizar y centrándose en la función real del privilegio (es un privilegio) que es la propiedad intelectual.
19 abril, 2011 7:17 PM
1. Pingback por El lamento de Sarkozy | La Nueva Industria Audiovisual
1/May/2011 a las 3:36 PM
[…] Mientras tanto, ninguno de los políticos que promueven estas leyes parecen mirar atrás: uno se puede ir hasta los años setenta (era carente de bits culturales) para encontrar persecuciones urgentes. Una lectura detenida del original de Le Figaro permite comprobar que, a pesar de la evidencia, el discurso sigue empeñado en buscar la cojosolución, esa que nunca llega, mientras se ignora el centro de la cuestión: que la concepción de la propiedad intelectual quedó obsoleta, pero no en el sentido de que no le sirve a los promotores de las industrias culturales, sino porque no le sirve a la realidad de la creación ni a las exigencias de la sociedad. En fin, se sigue ciego a la búsqueda de un equilibrio diferente. […]
2. Pingback por ¿El Síndrome Berlusconi? | La Nueva Industria Audiovisual
26/Jun/2011 a las 11:02 AM
[…] de los gobiernos también lo sería. Así que lobbies y gobiernos sólo pueden perder, más ante un entorno internacional mucho más flexible que el que se está proponiendo aquí, las posibilidades de encontrar una forma de apoyo social […]